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Preguntas frecuentes
Preguntas y respuestas sobre la medicina tradicional china
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Preguntas y respuestas sobre la medicina tradicional china
Hay multitud de condiciones en las que te podemos ayudar, ponte en contacto con nuestro centro y consúltanos tus dudas.
Y a veces ninguna, ya que es preferible la aplicación del calor seco que irradia la moxa (la planta artemisa en forma de puro, conos o dispuesta en cajas de bambú)
Esta primera consulta suele ser larga, alrededor de una hora o una hora y media. Además de hablar de su dolencia concreta, mediante un interrogatorio revisaremos todas las funciones generales de su cuerpo, no olvide que la Medicina China tiene su máxima indicación en las enfermedades funcionales. Así que no se extrañe si se le pregunta sobre si es friolero, su color de preferencia, el clima que peor le sienta o el sabor que más le gusta, nosotros sabremos interpretar estas respuestas para valorar el estado actual de su salud. Hay que tener en cuenta que no establecemos una diferenciación de síndromes sólo con los principales síntomas, sino que estamos sobre todo atentos a las condiciones en que éstos se presentan. Es decir, que en este tipo de consulta, la conversación suele girar más entorno al estado de salud en general, que no sobre la enfermedad en particular.
Acabado todo este proceso, si usted está de acuerdo, se realizará la primera sesión de tratamiento que suele durar de unos veinte a cuarenta minutos dependiendo del tratamiento a aplicar.
Tampoco hay que esperar que nos sorprendamos de las peculiares manifestaciones de la enfermedad, ya que desde nuestro punto de vista todo lo que ocurre es normal; si no, no ocurriría. Esto es así porque el proceso es inverso, y el referente de la medicina china no son los libros, sino el propio paciente.
Por eso, no hay que privarse de explicar lo que realmente se siente o piensa sobre la enfermedad, ya que nunca le diremos que un determinado síntoma no tiene nada que ver con otro; todo entra dentro de un mismo mundo de relaciones. La medicina china no separa lo que considera significativo de lo que no, o de lo que entra dentro de las clasificaciones de la ciencia, sino que hace la diferenciación de síndromes a partir de lo que realmente hay.
Y, por último, no hay que esperar grandes explicaciones. En China, la población no tenía ningún interés en oír especulaciones sobre sus males, sino que exigía al médico que demostrara su arte en la práctica. Para quien quiera explicaciones, la medicina china está en franca inferioridad frente a la medicina oficial, porque la confianza no se la gana con palabras, sino con la eficacia del tratamiento, que es la más tranquilizante de las explicaciones.
El concepto oriental presenta la enfermedad como un estado de desequilibrio o debilidad del conjunto del organismo, es decir, nos avisa de que hay algo que no estamos haciendo bien en nuestra vida. Este desequilibrio puede ser a nivel energético, físico (dolores musculares, articulares…) o emocional (estrés, ansiedad, tristeza, desmotivación, ira…), pero siempre afectará a todos los niveles del ser humano. La lucha del cuerpo para recuperar la fluidez energética produce los síntomas que definen la patología presente.
Por lo que se refiere a los trastornos agudos, la respuesta suele ser muy rápida, a veces inmediata, y en otros casos, como en las parálisis, la recuperación es lenta.
En cualquier caso, antes de cada sesión le preguntaremos qué ha mejorado, qué no ha cambiado o si hay algo que haya empeorado. Aquí no hay protocolos, sino que los tratamientos se adaptan a la evolución de cada caso.
No hay que crearse expectativas y limitarse a constatar los cambios.
A parte del efecto sobre lo que ha motivado la visita, el paciente suele salir de una sesión de acupuntura en un estado de calma y bienestar, como si andase sobre algodones, o como si hubiera recibido una inyección de vitalidad. Esto es especialmente notable después de la primera visita, en la que, de pronto, se puede tener la impresión de reencontrar una sensación casi olvidada. Otras personas salen con un cierto cansancio, del que se recuperan en seguida.
En la medida de lo posible, hay que mantenerse en este estado de relajación, ya que contribuirá a la estabilización de los cambios. En caso de reintegrarse en la actividad diaria, se estará más relajado y mejorará el rendimiento. De todas formas, después de una sesión es recomendable evitar las situaciones estresantes, tanto físicas como mentales, las comilonas, las farras y las emociones fuertes.
Esta reacción del primer tratamiento depende del estado previo: las personas que ya se encuentran bien y las que están muy enfermas suelen notarlo menos que las que simplemente están desajustadas. Aquí también, como siempre, hay muchas variantes.
No hay que preocuparse si se da una exacerbación de las molestias. No es usual, pero puede pasar después de la primera o la segunda sesión. No es mala señal; puede ser un despertar, una especie de activación necesaria para superar la enfermedad.
Cabe la posibilidad de sentir un leve mareo o desvanecimiento, similar al que se puede tener tras una extracción de sangre, que pasa al poco rato. De hecho, es tan raro que, en decenas de miles de tratamientos, sólo lo he visto en dos ocasiones, y en ambos casos las personas estaban en ayunas.
Los efectos secundarios producidos por un tratamiento de acupuntura, son todos saludables. Muchas veces aparece una mejora en trastornos que aparentemente no estaban relacionados: una persona con jaquecas puede sorprenderse del alivio de un estreñimiento pertinaz que ni siquiera había comentado al médico, u otra con ansiedad puede ver como dejan de molestarle las menstruaciones, o viceversa. El efecto secundario más notable es una mejoría en la calidad del sueño y la claridad mental.
Si el tratamiento es para el dolor, y se puede prescindir del analgésico, es mejor no tomarlo justo antes de la sesión.
Hay fármacos que no se pueden dejar de tomar, mientras que de otros, como los calmantes, puede reducirse la frecuencia de las tomas a medida que afloja el dolor. Hay algunos, como la cortisona, las hormonas, ciertos tranquilizantes, antidepresivos, etcétera, con los que hay que reducir la dosis con especial cuidado, para evitar el desagradable rebote.
Algunos son más fáciles de dejar que otros, pero es importante que este proceso se haga también por prescripción facultativa.
Los efectos de la acupuntura son acumulativos; cada tratamiento se erige sobre el anterior. Es un proceso. La acupuntura no hace más que estimular las capacidades de recuperación del propio cuerpo y, por lo tanto, unas personas responden más rápido que otras.
Un patrón bastante frecuente en los casos de enfermedades crónicas que requieren varias sesiones es una mejora durante los primeros dos o tres días, después de los cuales vuelven a manifestarse los síntomas, aunque cada vez con más suavidad.
Sea como fuere, hay que tener muy claro que, excepto en casos como la recuperación de las parálisis, hemiplejías, paraplejías, enfermedades degenerativas y otros trastornos que evolucionan muy lentamente, si en cuatro o cinco sesiones no hubiera mejoría, hay que considerar otras formas de abordar el problema.
La duración del tratamiento no depende tanto de la viveza de los síntomas como de la forma en que éstos se presentan: el trastorno que viene de golpe, por intenso que sea, puede desaparecer de golpe; los de inicios graduales, en cambio, suelen tardar más en mejorar. En esto también, la naturaleza late en forma de ondas. Un dolor de espalda que a duras penas deja llegar a la consulta del médico puede desaparecer en el curso de una sesión, mientras que una pequeña molestia en el hombro, que sólo aparece con ciertos movimientos, puede ser más difícil de erradicar.
La lógica de que cuánto más tiempo hace que se sufre la enfermedad más tardará en curarse tiene también muchas excepciones; se ven trastornos que han resistido a mil terapias, responder a la primera sesión, y otros muy recientes y aparentemente sencillos, que son difíciles de curar.
Por lo tanto, no hay que pedirnos que le aventuremos un pronóstico; ustedes mismos podrán entreverlo según su respuesta al tratamiento.
Estamos muy alejados de los protocolos a los que nos tiene acostumbrados la medicina oficial. Las características del tratamiento de medicina china se establecen sobre la marcha.
A medida que se va mejorando, las sesiones son menos necesarias, su frecuencia se va espaciando y, una vez restablecidas de la enfermedad, muchas personas aprecian una sesión mensual para mantener la salud.
El resultado a largo plazo depende, una vez más, del tipo de trastorno: las jaquecas, por ejemplo, se van espaciando y cada vez son menos intensas, hasta que llegan a desaparecer para siempre. En cambio, un dolor causado por una articulación deformada por la artrosis puede requerir un nuevo tratamiento al cabo de un par de años.
En definitiva, que no sólo no crea dependencia, sino que sanea los estados de ánimo que propician la aparición de las dependencias, y es además muy útil para tratar adicciones y síndromes de abstinencia. En Occidente, la acupuntura, precisamente, ha sido muy recurrida por quienes quieren dejar el hábito del tabaco, y para superar la ansiedad por la comida.
Es recomendable no acudir con el estómago vacío, ni tampoco haber ingerido grandes cantidades de comida. Esto es porque cuanto menos sobrecargado este el organismo, la acupuntura es mucho más efectiva.